domingo, 1 de septiembre de 2013

Huellas de la historia en las entrañas de Las Termas. -1999-

La vida de los Tonocotes. En el museo Rincón de Atacama están guardadas las piezas milenarias de un gran valor arqueológico.

LAS TERMAS DE RIO HONDO.-
Los pueblos aborígenes que poblaron el antiguo departamento Río Hondo dejaron sus huellas en un lugar conocido como Rincón de Atacama, ubicado a un poco más de 6 kilómetros de este centro turístico, sobre la margen izquierda del lago del Dique Fron-
tal. Eran los tonocotes, indígenas alfareros por excelencia y que poseían grandes conocimientos técnicos que utilizaban para poder sobrevivir.

En ese antiguo solar, que hoy es el lecho de un hermoso lago de 33.000 hectáreas que embalsa las aguas de la presa  riohondeña, se esconde sepultado un yacimiento con históricas piezas arqueológicas.

Cuando el río Dulce tiene épocas de sequía aparecen los mejores trofeos. y en las noches de luna llena se puede ver la cúpula de la iglesia de la vieja Villa Río Hondo que está sepultada bajo las aguas, comentan con orgullo los lugareños.

Corría el mes de diciembre de 1987 y el calor abrasador y la soledad eran los dueños de la siesta santiagueña. Para cortar la monotonía, Sebastián Mario Sabater, un conocido comerciante termense, fue a pescar en el lago. .-Como .no 'había -"pique-  comenzó
a caminar a la orilla del río.

Sus pasos se detuvieron cuando vio sobre la arena un pequeño  objeto que le llamó la atención. Su compañero de pesca, Juan Carlos Aguirre, le dijo que se  trataba de un silbato indígena  que era utilizado para darle mayor sonoridad a la música lugareña.

 Este hallazgo casual  hizo que naciera en Sebastián el amor por el estudio de la rqueología, un pasatiempo que lo acompaña hasta estos días. A partir de ese momento, le cuenta a LA GACETA, comenzó a realizar excursiones en busca de nuevas piezas.

Halló numerosos objetos arqueológicos de un gran valor histórico. Con el asombro que lo invadía comenzó a buscar apoyo para crear un museo que le permitiera  exponer tan rico tesoro..Su sueñóse hizo realidad.eI 25 de noviembre de 1988. Ese día abrió sus puertas el ansiado salón que se había construido, en la calle Caseros 268, con el apoyo del Centro de Comercio e Industria termense.

Hoy el museo es visitado permanentemente por propios y extraños. En las vitrinas, celosa:.
mente custodiadas por Sebastián, se pueden ver numerosas piezas y restos fósiles de anima-
les que habitaron la región en tiempos inmemoriales.

En el museo se respira un profundo aire de historia y los indescifrables jeroglíficos están grabados en todas partes.

Parecen mensajes que nuestros antepasados nos dejaron como un saludo de bienvenida. (C)

Fuente: La Gaceta – 1999