lunes, 12 de mayo de 2014

Cuando los gigantes caminaban por Termas de Rió Hondo.



Lo que hoy es una de las ciudades turísticas mas importantes del NOA, hace mas de 10 mil años atras, caminaban por estas mismas tierras animales de tamaños y formas inimaginables, entre ellos, Tigres dientes de Sable (Smilodon), Gliptodontes (Doedicurus) y Perezosos Gigantes (Megatherium).

Sabemos de su existencia en la región del Departamento de Rió Hondo, por medio de los restos fósiles recuperados por el Museo Municipal de Paleoantropologia Rincón de Atacama de esa localidad.

Ahora les contaremos algunas características de estas tres especies extintas. En el caso del tigre dientes de sable, llego a Sudamérica hace unos 2,5 millones de años, cuando se unieron ambas Américas, y se produjo un intercambio faunistico muy importante entre ambos hemisferios. En cambio los grandes armadillos y los perezosos gigantes, comenzaron a evolucionar en América del Sur desde el Eoceno, hace 40 millones de años, pero llegaron a su máximo esplendor en el Pleistoceno hace 1 millón de años atrás, hasta su extinción en el Holoceno, entre 8 y 10 mil años.

Smilodon o Tigre Dientes de Sable.

El tigre dientes de sable fue uno de los grandes triunfos evolutivos de los mamíferos depredadores. Smilodon significa “dientes de sable”, característica que evidencia su acentuada especialización en la cacería de presas grandes, como el mamut, el megaterio y el mastodonte, enormes mamíferos hoy desaparecidos. El primer hallazgo de un smilodonte en nuestro país fue realizado por el naturalista Francisco Javier Muñiz en 1844, en la barranca del Río Luján. En 1842 un paleontólogo danés, Peter Lund, halló fósiles en unas cavernas del sur brasileño. El Smilodon tenía aproximadamente el mismo peso y tamaño que el león actual; sin embargo, sus proporciones corporales diferían de las de cualquier félido moderno. Las extremidades posteriores del Smilodon populator eran más cortas y robustas, su cuello proporcionalmente más largo, y el lomo más corto. La extraordinaria peligrosidad de este félido se debía al gran desarrollo de la parte anterior de su cuerpo y al tamaño asombroso de sus caninos superiores, que llegaban a sobresalir más de quince centímetros. A diferencia de la mayoría de los félidos, tenía un rabo corto, como el lince o el gato montés actual.  Todo su cuerpo tenía una estructura poderosa y los músculos de los hombros y del cuello estaban dispuestos de tal manera que su enorme cabeza podía lanzarse hacia abajo con gran fuerza. Las mandíbulas se abrían formando un ángulo de más de 120 grados, permitiendo que el par de los inmensos dientes de sable que tenía en el maxilar superior se pudiera clavar en sus víctimas. Los dientes de sable eran ovales en sentido transversal, lo que aseguraba una mínima resistencia cuando se hundían en su presa. También estaban aserrados por el extremo posterior, permitiendo atravesar la carne de la víctima con mayor facilidad. Así vivió desde hace un millón de años, hasta que la llegada del hombre y la desaparición de las grandes presas provocó a su vez la extinción del tigre dientes de sable hace apenas unos 8000 años. 

Doedicurus. Gliptodonte o Piche Gigante.

Fue la especie de mayor tamaño dentro de la familia de los Glyptodontidos. Tenia 4,3 metros de largo y 2 metros de alto. La coraza tiene una forma muy particular, presentando una especie de joroba en su parte mas alta, con placas mas laxamente unidas que en otros parientes de la época. Su cola estaba formada por cuatro anillos, un tuvo cilíndrico de un metro de largo y en su termino poseía una masa ósea con púas corneas, convirtiéndose en una técnica de defensa contra los habituales depredadores. Sus extremidades son sorprendentemente robustas y su columna y cadera se encuentran soldadas al caparazón del animal. Se alimentaría al igual que otros de sus parientes de pastos cortos y de zonas semi-aridas. Su masa estimada en vida es de 2 toneladas. Todas las especies se extinguieron sin dejar representantes. En la región pampeana el hallazgo de Gliptodontes es algo muy frecuente, con acepción del genero Doedicurus, que solo se lo a registrado por fragmentos de la coraza, restos dentarios aislados y rara vez, piezas semi-articuladas.

Megatherium o Perezoso Gigante.

Los "Pilosa" en la actualidad se encuentran representados por mamíferos pequeños y medianos, como osos hormigueros y perezosos de tres dedos que pasan la mayor parte de su tiempo colgados en los árboles, moviéndose en forma muy lenta, debido a su bajo metabolismo, pero en el Pleistoceno habitaron en nuestro territorio formas gigantescas. Megatherium fue descripto por primera vez por el naturalista francés Georges Cuvier en 1796. El Megatherium americanum fue uno de ellos. Su nombre significa "bestia grande" y sin dudas fue el animal terrestre más grande que habito en la región pampeana, donde se han rescatado sus principales restos. El género Megatherium constituye, al igual que Glyptodon, uno de los elementos más conspicuos de la megafauna pleistocena. Su dentición está constituida por molariformes en forma de columna prismática cuadrangular. Tradicionalmente, se lo ha asociado a una dieta herbívora, aunque se propuso una dieta mixta, carroñera o incluso carnívora. El primer registro del género se remonta al Vorohuense hasta llegar al Lujanense temprano (Megatherium americanum) y Lujanense tardío (Megatherium sp.). Desde el punto de vista geográfico, su extensión parece estar limitada a la parte austral de América del Sur, es decir, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, Perú y Bolivia; hacia el norte y el este, Megatherium es reemplazado por Eremotherium, un género similar, pero con algunos caracteres más primitivos y adaptado a temperaturas posiblemente más elevadas. Superaba los 4,5 metros de altura cuando se paraba sobre sus patas traseras y con su larga y robusta cola  formando una especie de "trípode" permitiéndole llegar de esta forma a las hojas de los árboles y tener un mejor panorama de todo su alrededor. El peso estimado de esta especie es de 5 toneladas, algo así como dos elefantes. Su cuerpo estaba recubierto por una fuerte pelambre. Sus patas delanteras eran largas y fuertes, acompañadas por cuatro garras, lo que le permitía acceder de mejor manera a los vegetales que formaban parte de su dieta.
Asesoramiento Institucional: Sebastian Sabater.
Texto: Mariano Magnussen Saffer. Fuente: www.grupopaleo.com.ar

Bibliografia sugerida:



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