viernes, 29 de agosto de 2014

La paleontología regional también se vive en la isla Tara Inti.




La isla Tara Inti, ubicada a la altura del nodo 4 de la Costanera, es uno de los principales atractivos turísticos que convoca a numerosos turistas del país.

El Museo Municipal Paleoantropológico Rincón de Atacama de la ciudad de Termas de Rio Hondo colaboro con material fosilifero hallados en la zona para ser exhibidos a lo largo del circuito donde están instalados miradores para el avistaje de aves silvestres.

La reserva natural es un área protegida de importancia para la flora y fauna santiagueñas. El investigador y director del Museo Rincón de Atacama, Sebastián Sabater, explicó que el objetivo de ilustrar este espacio de atracción turística se instalarán piezas de fósiles prehistóricos hallados en el departamento Río Hondo y las cuales pertenecen a la colección del museo.

‘Se realizaron el laqueado de los fósiles y se construyeron las vitrinas donde están los materiales representativos que se exponen con información. Se trata de fósiles de la edad geológica que existieron en la región. Son piezas de fósiles como el mastodonte, megaterio y gliptodonte’, contó Sabater.

Ingresa a nuestro Facebook: Museo Paleoantropologico Rincon de Atacama.

lunes, 25 de agosto de 2014

Los Tonocotés en el Museo Rincón de Atacama. Termas de Rio Hondo.



El Museo Municipal Paleoantropologico “Rincón de Atacama” de la localidad de Termas de Rió Hondo (Prov. Santiago del Estero), recupera, preserva y exhibe una riquísima colección de objetos culturales de los aborígenes regionales llamados “Tonocotés”, los cuales invitamos a conocer en nuestra institución.
Los Tonocotés habitaban en la mesopotamia santiagueña comprendida entre los ríos Dulce y Salado, aproximadamente entre los paralelos 26º y 29º de latitud sur. 

Al norte de estos territorios vivían los Lules, al sur los Sanavirones y al oeste los Cacanos. Otros aborígenes de características y lengua similares a los Tonocotés, los Mataráes, que vivían a orillas del río Bermejo, fueron llevados a Santiago del Estero posiblemente en el siglo XVII. Resulta difícil señalar las diferencias con los Lules - Vilelas, aunque la disparidad residía en la mayor influencia de los Cacanos o Diaguitas respecto de los Tonocotés. Eran de origen brasílido.

Poco se conoce de las características físicas de los Tonocotés, pero de acuerdo a los estudios realizados con los restos fósiles encontrados en la zona del río Salado, se infiere que eran de estatura regular, braquicéfalos, de cara ancha y nariz mediana. Vestían con un delantal de pluma de ñandu los hombres, y las mujeres los confeccionaban con fibra de chaguar o de tela de guanaco o llama. Los varones colgaban del cuello un collar, también de plumas de ñandu, y ambos sexos solían cubrirse el torso con mantas, en invierno.

Los Tonocotés eran sedentarios. Practicaban la agricultura además de la caza, pesca y recolección; cultivaban maíz, zapallo y porotos. Eran muy buenos pescadores. Pescaban con una especie de redes, a lanzazos, o sumergidos en el agua con una soga en la cintura (según relata el padre Lizárraga). Criaban aves domésticas y ñandues y recolectaban algarroba, tuna, mistol y raíces silvestres como la yuca.

Los Tonocotés eran hábiles tejedores, hecho que fue aprovechado por los españoles para hacerlos trabajar en los obrajes de paños, cuando se introdujo el algodón en el Tucumán, sometidos al sistema de encomiendas. La industria textil alcanzó un alto grado de desarrollo. Teñían las fibras de vivos colores con tinturas de origen vegetal, animal o mineral. También fabricaban diversos objetos de hueso como agujas, punzones, flechas y quenas.

Vivían en aldeas ubicadas en prominencias artificiales denominadas túmulos, a la orilla de los ríos. Las chozas eran de planta circular o rectangular -según se tratase de Tonocotés o Matacos respectivamente-, con techo a dos aguas. El poblado estaba rodeado de palos a pique como defensa de los ataques de los pueblos invasores.
En algunas zonas del río Dulce se han encontrado objetos de metal como campanillas, punzones, cuchillos, pectorales, pinzas y otros, que nos hablan del contacto activo de estos pueblos con los de culturas andinas, que conocían la metalurgia.

Sus armas eran el arco, la flecha, las boleadoras y las lanzas. Algunos arcos eran de gran tamaño y las flechas en proporción a los mismos. Las puntas de flechas eran de hueso y piedra, alargadas o triangulares. En algunos casos envenenaban los extremos con una sustancia ponsoñoza, extraída de vegetales.

Al igual que los Lules - Vilelas los Tonocotés constituían un pueblo alegre aficionado a cantar, bailar y embriagarse. Preparaban sus bebidas de algarroba y maíz.


La lengua Tonocotés fue estudiada por el padre Alonso de Bárzana, pero sus trabajos no se conservan. Nos han quedado algunas palabras que atestiguan su presencia como topónimos Sanagasto o Manogasta. En realidad entre los pocos vocablos que se conocen en esta lengua podemos mencionar, "gasta" que significa pueblo y "gualamba" que quiere decir grande.

Por su sedentarismo y su mansedumbre los Tonocotés fueron fácilmente sometidos por los españoles. Convivían con grupos de Cacanos, de Lules y otros que hablaban distintas lenguas. Por este motivo, órdenes religiosas y autoridades civiles impulsaron la quichuización y así las lenguas indígenas fueron desapareciendo. Al perder su lengua fueron perdiendo su propia identidad cultural. Esto sumado al proceso permanente de mestizaje, más la disminución por acción de las armas de fuego, el desarraigo, los trabajos agotadores y las pestes, determinó la extinción de los aborígenes de Santiago del Estero, a fines del siglo XIX y primeros años del siglo XX.

Conocían la alfarería y fabricaban diversos utensilios de cerámica como pucos (especie de platos), urnas funerarias, vasijas, jarras, pipas, ocarinas (instrumentos musicales de viento), silvatos, etcétera, decorados de distintas formas y colores. Eran grabados o pintados con motivos geométricos, zoomorfos (forma de animal), ornitomorfos (forma de aves) o antropomorfos (formas de seres humanos) y con coloración rojiza, negro, blanca y ocre. Tanto la decoración como los colores variaban según la cultura a que pertenecían, la ubicación geográfica y la época en que se desarrolló cada cultura. 

-          Infografía Tonocotés por José Collado –
-          Recopilación Texto: Mariano Magnussen Saffer

Fuentes:
http://santiagoeducativo.ar.tripod.com/
 Pueblos Originarios, Sitio de la Subsecretaría de Turismo, Jefatura de Gabinete de Ministros, Gobierno de la Provincia de Santiago del Estero.
Castiglione, Antonio Virgilio (2012). Historia de Santiago del Estero: Muy Noble Ciudad: Siglos XVI, XVII y XVIII. Santiago del Estero.
El desarrollo cultural prehispánico en Santiago del Estero, Argentina., Ana Maria Lorandi, Journal de la Société des Américanistes, Año 1978, Volumen 65, Número 65, pp. 63-85.
Wagner, Duncan y Emilio: "La Civilización Chaco Santiagueña y sus correlaciones con las del Viejo y Nuevo Mundo", 1934.
Serrano, Antonio: "Etnografía antigua de Santiago del Estero: siglo XVI", Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas, UBA, 1934.

sábado, 23 de agosto de 2014

Presentaron estudio científico sobre maderas prehistóricas halladas en Termas de Rió Hondo.




La misma se realizo en las Reuniones de Comunicaciones de la Asociación Paleontológica Argentina (APA) y posteriormente publicado en la Revista Ameghiniana. Noviembre de 2013. Córdoba – Argentina. A continuación se expone el titulo del trabajo científico, autores, instituciones participantes y resumen del mismo:

PRIMER REGISTRO DE MADERAS PETRIFICADAS DEL NEÓGENO DE LAS TERMAS DE
RIO HONDO, PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO, ARGENTINA

CRISAFULLI1,3, R. SCLIPPA1,3 Y R. HERBST2,3

1Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura, Universidad Nacional del Nordeste y Centro de Ecología Aplicada del Litoral, Ruta 5 km 2,5, 3400
Corrientes, Argentina. alexandracrisafulli@hotmail.com; rominasclippa@yahoo.com.ar
2Instituto Superior de Correlación Geológica, Las Piedras 201 7°B, T4000BRE San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina. rafaherbst@uolsinectis.com.ar
3Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

En esta contribución se da a conocer, por primera vez, el hallazgo de maderas petrificadas en las arenas actuales del río Dulce, a unos 15 km al SE de Las Termas de Río Hondo, provincia de Santiago del Estero. Se estudian 5 especímenes depositados en el Museo “Rincón de Atacama” de dicha localidad. Los ejemplares tienen la estructura celular bien preservada y todas ellos parecen pertenecer a las Fabaceae. La primera muestra bien definida corresponde al género Menendoxylon Lutz, con las siguientes características: porosidad difusa, vasos solitarios y algunos múltiples cortos, perforaciones simples, punteaduras intervasculares alternas, radios leñosos uniseriados a triseriados, homogéneos y algunos heterogéneos.  Los restantes cuatro ejemplares están bajo estudio detallado. Especies de este género fueron halladas en sedimentos pliocenos de la Formación Ituzaingó (provincia de Entre Ríos) y en la Formación Andalhuala (en el valle de Santa María, provincia de Tucumán). Si bien la procedencia estratigráfica original de los leños no es conocida, es muy probable que procedan de afloramientos relictuales, compuestos por conglomerados polimícticos, que se localizan en los sitios de hallazgo de las maderas, asignados a la Formación Choya. Esta unidad, que se registra, con buenos afloramientos, más al sur en la provincia, es también neógena y probablemente su edad sea pliocena.


AMEGHINIANA 50 (6) Suplemento 2013–RESÚMENES

domingo, 17 de agosto de 2014

El tortero, volante, fusaiola o Mayuna (en lengua Quichua significa giratorio).



Era una pieza redonda que, con un agujero en el centro por donde pasaba un delgado palo de madera, giraba constantemente transformando la lana en un hilado que podía usarse para tejer. El tamaño del tortero y su peso determinaba la velocidad de giro y por lo tanto del grado en que los hilos se ajustaban entre sí, siendo el resultado más o menos rígido o delgado.

Eran pequeñas piezas fabricadas en cerámica, algunas en piedra, y otras aprovechando los recursos naturales de la región, como la roseta o placa de un caparazón de un Gliptodonte (armadillo gigante prehistórico) que fuera hallada y perforada para este fin. Todas de forma circular, cónica o biconica y perforadas en el centro. Son lisos, pintados o gravados con motivos geométricos.

El Museo Paleoantropologico Rincón de Atacama resguarda una interesante y variada colección de torteros y otros objetos realizados por los aborígenes de la región.