sábado, 5 de diciembre de 2015

Caballos prehistóricos en Termas de Río Hondo.

Siempre nos enseñaron en la escuela que el caballo lo trajeron los españoles a Sudamérica. En realidad, mucho antes de la colonización, en América se habían desarrollado unos equinos, más bien parecidos a las cebras.

En Termas de Río Hondo, el Museo Municipal Rincón de Atacama ha recolectado numerosas piezas paleontológicas en las inmediaciones del Río Dulce. 

Es otro mamífero aloctono, que llego a Sudamérica a principios del Pleistoceno en el gran intercambio faunistico de fines del Plioceno. De acuerdo a las recientes teorías de algunos Paleontólogos, este género seria originario de Sudamérica y estaría emparentado con Pliohippus y Dinohippus del Plioceno de América del norte. 

Era un primitivo caballo, el cual se extinguió poco antes de la llegada de los primeros colonos sin dejar representantes vivientes, siendo reemplazado por el caballo europeo. Era similar las cebras de África, pero algo mas bajo y rechoncho, con extremidades cortas.

Su cráneo presenta unos huesos nasales algo alargados y pronunciados que las formas vivientes. Por otro lado, es notable la conformación de las extremidades, proporcionalmente cortas y anchas, que le confieren al animal un aspecto macizo. Su peso pudo ser de 400 kilos. El primer registro de un caballo fósil sudamericano fue el molar superior descubierto por Charles Darwin cerca de Bahía Blanca (Prov. Buenos Aires), al que Richard Owen identifico en 1840, lo denomino Equus caballus (la especie actual), y mas tarde lo denomino Equus curvidens


Se han hallado numerosos esqueletos bien preservados en distintas zonas del país. El registro es ampliamente conocido desde el norte de Ecuador hasta el sur Patagonico. Desde el punto de vista estratigráfico, es conocido desde el Plioceno superior (Uquiense) hasta el Pleistoceno superior - Holoceno (Lujanense reciente). Las características adaptativas de la parte distal de las extremidades de Hippidion pueden ser indicadores de distintos tipos de suelo y vegetación.

El hábitat de Hippidion debería corresponder a un bosque húmedo y suelo blando. Los Equidos de América del sur se han extinguido totalmente. Algunos ejemplares más modernos de Hippidion, provienen de sitios arqueológicos.

Bibliografía sugerida:

ALBERDI, M.T.; CARTELLE, C. & PRADO, J.L. 2003. El registro Pleistoceno de Equus (Amerhippus) e Hippidion (Mammalia, Perissodactyla) de Brasil. Consideraciones paleoecológicas y biosgeográficas. Ameghiniana, 40:173-196.

AMEGHINO, F. 1889. Contribución al conocimiento de los mamíferos fósiles de la República Argentina. Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, 6:1-1027.

LAZA, J. H. 1995. Signos de actividad de insectos. In: Alberdi, M.T.; Leone, G. & Tonni, E.P. (eds.) Evolución biológica y climática de la región pampeana durante los últimos cinco millones de años, Un ensayo de correlación con el Mediterráneo occidental. Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid, Monografías, 16:341–361.

NORIEGA, J.I.; CARLINI, A.A. & TONNI, E.P. 2001. Vertebrados del Pleistoceno tardío de la cuenca del arroyo Ensenada (Departamento Diamante, provincia de Entre Ríos, Argentina). Bioestratigrafía y paleobiogeografía. Ameghiniana, 38(4), Resúmenes: 38R.

NOVAS, F. 2006. Buenos Aires hace un millón de años. Editorial Siglo XXI, Ciencia que Ladra. Serie Mayor.